Hablemos sobre Biodiversidad

Si os hablo de la actual crisis medioambiental por la que indudablemente está pasando nuestro planeta, automáticamente pensareis en el famosos cambio climático, el efecto invernadero y esas dificultades climática de la que tanto eco se hace en televisión y en internet. Y es cierto que es uno de los principales efectos que estamos experimentando como resultado de los problemas ecológicos que estamos sufriendo en los últimos años, problemas que han sido a su vez consecuencia de nuestro desarrollo como especie y nuestra forma de consumo y extracción de los recursos naturales. Sin embargo, este cambio climático es solo uno de los muchos problemas que nuestros planeta está sufriendo. Entre estos muchos otros problemas de los que no se suele escuchar tanto en los medios, podemos destacar la pérdida de biodiversidad que nuestros ecosistemas están viviendo.

Pero… ¿Qué es la biodiversidad?

El concepto de biodiversidad tiene su origen en la Convención de Diversidad Biológica de Río de Janeiro de 1992, en esta convención se plantaron los inicios del desarrollo sostenible y se pusieron sobre la mesa una serie de conceptos importantes para nuestro desarrollo como especie y el futuro de nuestro planeta.

Entendemos el concepto de biodiversidad como la cantidad, variedad y variabilidad de los organismos vivos, así como las relaciones que se establecen entre ellos. Incluye la diversidad dentro de una especie, entre especies distintas y entre comunidades. Esta última frase hace referencia a los tipos de diversidad biológica que podemos diferenciar, todas ellas igual de relevantes.

Cuando hablamos de diversidad intraespecífica, nos referimos a la diversidad genética, es decir, a toda aquella variabilidad que existen entre los rasgos heredables de las poblaciones o especies. Hace referencia a la diversidad de genes dentro de las diferentes especies. Cuanto más diversa sea la genética de una especie o población mayor capacidad tendrá de responder a cambios y adaptarse a nuevas características que aparezcan en su entorno. En el caso de nuestra especie, el Homo sapiens, esta diversidad se puede ver reflejada en la gran cantidad de diferencias fenotípicas y genotípicas que tenemos, dando lugar a multitud de rasgos diferentes que presenta nuestra especie en función de la región del planeta en la que nos encontremos.

También encontramos la diversidad específica, en este caso hablamos de la diversidad de organismo o especies, la variedad de organismos vivos que existen en nuestro planeta tierra. Entendiendo estos como las diferentes especies de animales, plantas, hongos, bacterias, algas, etc. Esta es el tipo de biodiversidad más evidente y la que a todos se nos viene a la cabeza cuando pensamos en este concepto. La diversidad de formas vivas que habitan la tierra. Pero como estamos viendo no es el único tipo que tenemos que contemplar para tener un concepto de biodiversidad global. para completarlo necesitamos el último tipo.

La diversidad entre comunidades, aquella que entendemos como la diversidad ecológica. Este último tipo de biodiversidad que completa este concepto engloba a toda la variedad de biomas, ecosistemas, hábitats y comunidades que encontramos en nuestro planeta tierra. Dentro de este tipo es donde recogemos la multitud de relaciones que existen entre las diferentes especies y que dan lugar a la componente viva que forma parte de los ecosistemas, hábitats, etc.

En resumen y dicho de una forma mucho más poética y fijándonos en la propia etimología de la palabra. La biodiversidad es la variedad de vida que habita el planeta tierra. Entre la cual, no nos olvidemos, se encuentra el ser humano.

Volviendo a la crisis medioambiental que mencionábamos al principio, actualmente nos encontramos ante una de las pérdidas de biodiversidad más importantes de la historia de nuestro planeta. Haciendo pensar a muchos que nos encontramos antes una sexta extinción masiva.

Las extinciones masivas, es el término que se utiliza para llamar a determinados eventos que han ocurrido a lo largo de la historia de la tierra y que han llevado a la perdida de una gran cantidad de especies. Encontramos 5 grandes extinciones, entre la que podemos destacar la gran extinción del terciario (la famosa extinción de los dinosaurios) pero que ni mucho menos ha sido la mayor extinción de la historia. Estas extinciones masivas ocurrieron en muchos casos debido la actividad volcánica del planeta pero también debido a un cambio brusco en las condiciones climáticas, al igual que está ocurriendo en la actualidad.

Esta pérdida de biodiversidad se debe a diferentes motivos, no solo al cambio climático. La homogenización del paisaje, el deterioro de los hábitats y ecosistemas o la contaminación son también causas de peso en esta desaparición de especies, como podemos ver todas ellas en parte debidas a la actividad humana.

Pero… ¿Qué pasa si se pierda esta biodiversidad?

Bien, la importancia de la conservación y protección de la biodiversidad es fácil de entender gracias a un símil que los biólogos Anne y Paul Ehrlich utilizaron en los años 80. Este consiste en establecer una similitud entre los ecosistemas con sus especies y un avión con los remaches de su fuselaje, todo ello a raíz de una anécdota que vivieron en un aeropuerto. El símil compara a cada especie de un hábitat o un ecosistema como un remache de la estructura de un avión, si perdemos una especies, es decir, un remache, aparentemente no debería ocurrir nada, ¿y si continuamos perdiendo remaches? Al final la integridad de la aeronave se ve comprometida dejando de funcionar correctamente e incluso destruyéndose. Lo mismo ocurre en un ecosistema, si perdemos una especie tras otra, corremos el riesgo que el equilibrio ecosistémico se desajuste, deje de funcionar correctamente y se ponga en peligro su existencia. Pero, algo importante que debemos destacar es que los remaches de un avión son fácilmente recuperables y poner unos nuevos reparando de ese modo su integridad, sin embargo cuando perdemos una especie la perdemos para siempre, es una perdida irrecuperable.

A pesar de esto, habrá gente que piense: “Vale, la pérdida de biodiversidad afecta gravemente al funcionamiento de los ecosistemas pero ¿Qué importa que los ecosistemas dejen de funcionar o desaparezcan?”.

En este caso, la pregunta es fácil de responder con un concepto muy sencillo, los servicios ecosistémicos.

Entendemos estos servicios ecosistémicos como una serie de servicios que son resultado de la propia existencia y funcionamiento natural de los ecosistemas, servicios que pueden ser de aprovisionamiento, ya sean materiales, energía o alimentos; de regulación como la limpieza del aire, el ciclo del agua o la polinización; los de soporte como la fotosíntesis o los ciclos de nutrientes y por último los servicios culturales como los valores paisajísticos y usos recreativos de los entornos naturales.

En definitiva el correcto funcionamiento de los ecosistemas es fundamental para poder desarrollar nuestra vida tal y como la entendemos en la actualidad, no olvidemos que es la naturaleza de la que obtenemos todo lo que necesitamos. Si el planeta sufre, nosotros sufrimos.

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